Sandra Melgarejo / Foto: Adrián Conde. Madrid
El Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha organizado el 5º Congreso Europeo de Pacientes, Innovación y Tecnologías, que ha incluido la mesa redonda ‘Mejorar la salud y el bienestar de los pacientes con ictus y su prevención como enfermedad crónica’. Alberto Pardo, subdirector de Calidad de la Dirección General de Atención al Paciente del Servicio Madrileño de Salud y moderador de la mesa, ha recordado que el ictus “produce una alta mortalidad y una gran discapacidad, pero su manejo ha cambiado mucho gracias a la prevención, la ventana terapéutica y los tratamientos anticoagulantes”.
Ana Isabel Heniger, Isabel Egocheaga, Alberto Pardo, Domingo Orozco y Esteban Pont.
|
Dada la creciente prevalencia de enfermedades crónicas, Domingo Orozco, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), ha comentado que “hay que adaptar los sistemas sanitarios a una nueva realidad porque están diseñados para tratar la enfermedad aguda”. En su opinión, “la información tiene que fluir entre los niveles asistenciales para que los pacientes reciban las mismas recomendaciones y evitar así la incertidumbre”. Orozco ha propuesto iniciativas como la consulta grupal, que permite la interacción entre pacientes; intervenciones preventivas que reduzcan los ingresos hospitalarios; y la historia clínica electrónica, que integra y relaciona a todos los profesionales sanitarios. El vicepresidente de Semfyc ha destacado que “los autocuidados son la base del manejo de la patología crónica” y que hay que buscar “pacientes motivados y activos que tomen las riendas de su enfermedad”.
Por su parte, Isabel Egocheaga, miembro del grupo de trabajo de la Estrategia Nacional del Ictus del Sistema Nacional de Salud, ha afirmado que, aunque la incidencia del ictus aumenta progresivamente, “está disminuyendo la mortalidad”, y ha señalado como buenas prácticas en prevención la Estrategia Nacional del Ictus y el Observatorio del Ictus. “Ahora el objetivo es conseguir que los pacientes estén libres de este problema. Todos los agentes sanitarios tienen que asumir el concepto de que intervenir precozmente en factores de riesgo, como la hipertensión arterial o la fibrilación auricular, va a hacer que el paciente tenga menos probabilidades de tener un ictus”, ha dicho.
En este sentido, Ana Isabel Heiniger, hematóloga asesora de la Asociación Andaluza de Pacientes Anticoagulados, ha detallado que “en España hay más de un millón de pacientes anticoagulados, la mayoría por fibrilación auricular”. Estos pacientes necesitan controlar periódicamente su tratamiento y se ha demostrado que el autocontrol “da menos problemas, porque el paciente se implica y se autorresponsabiliza”. Asimismo, Heiniger ha asegurado que “los nuevos anticoagulantes orales también están mejorando el tratamiento, pero también necesitan los mismos autocuidados por parte del paciente, aunque no sean tan necesarios los controles de laboratorio”.
Esteban Pont, miembro del Comité Ejecutivo de la Alianza Europea de Ictus (SAFE), ha afirmado sentirse “afortunado por haber tenido un ictus en un rincón del mundo en el que se trata médicamente bien, no como en China o en La India”. Este afectado ha señalado que los grupos de ayuda mutua, similares a las consultas grupales que ha propuesto Domingo Orozco, son “tremendamente útiles para los enfermos, porque comunican sus inquietudes y experiencias y ayudan a los demás a entender las suyas”. Pont ha afirmado que “los pacientes bien informados pueden ser grandes gestores de su propia enfermedad”.
|